Soy el feliz propietario de 3 dispositivos Garmin. Primero adquirí un Forerunner 305, luego un Edge 705 y, finalmente, un Forerunner 235. Los 2 primeros los he exprimido (y sigo haciéndolo), el último estoy en vías de hacerlo. Me han proporcionado muy buenos momentos, permitiéndome un salto de calidad en el disfrute del deporte. Les estoy agradecido.
Dicho lo anterior, siempre ha habido algo que les he echado en cara. ¿Y que ha sido «ello»? Pues el que vayan a su bola con los cargadores usb. En lugar de usar el cable usb estándar de mercado, cada uno viene con un mecanismo de carga distinto, haciéndonos cargadores-dependientes ¿Por que no nos dejan usar un cargador para todo o poder echar mano al de un amigo ante una emergencia?
Pues no, cada uno a su aire: el FR 305 venía con su «cuna», el Edge con su «Thick» usb (éste sí adaptado al estándar de mercado en su momento)l y el FR 235 se presenta en sociedad con su»pinza». Consecuencia, como tengas la necesidad de cargar el aparatito y no tengas tu cargador específico cerca, date por fastidiado. Te toca cargar con él allá donde vayas.
En fin, ni entiendo que Garmin lo haga (seguro que sus ingenieros lo justifican por la eficiencia asociada a la especificidad, pero no me convencerán. No hay mayor eficiencia para un usuario que el darle un producto dentro de los estándares de mercado), ni tampoco entiendo que la UE lo permita, pero, más allá del derecho al pataleo como el que ejerzo al escribir este artículo, con eso nos quedamos.
Nos vemos.